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La copa de José
Entonces José ordenó al mayordomo de su casa, diciendo: Llena de alimento los costales de los hombres, todo lo que puedan llevar, y pon el dinero de cada uno de ellos en la boca de su costalA. Y mi copa, la copa de plata, ponla en la boca del costal del menor, con el dinero de su grano. Y él hizo conforme a lo1 que había dicho José. Al rayar el alba1, fueron despedidos los hombres con sus asnos. Cuando habían salido ellos de la ciudadA, y no estaban muy lejos, José dijo al mayordomo de su casa: Levántate, sigue a esos1 hombres; y cuando los alcances, diles: “¿Por qué habéis pagado mal por bien?2 “¿No es esta la copa en que bebe mi señor, y que de hecho usa para adivinarA? Obrasteis mal en lo que hicisteis.”
Así que los alcanzó, les dijo estas palabras. Y ellos le dijeron: ¿Por qué habla mi señor de esta manera1? Lejos esté de tus siervos hacer tal cosa. He aquí, el dinero que encontramos en la boca de nuestros costales, te lo volvimos a traer de la tierra de CanaánA. ¿Cómo, pues, habíamos de robar de la casa de tu señor plata u oro? Aquel de tus siervos que sea hallado con ella, que mueraA, y también nosotros entonces seremos esclavos de mi señorB. 10 Y él dijo: Sea ahora también conforme a vuestras palabras; aquel que sea hallado con ella será mi esclavo, y los demás de vosotros seréis inocentes. 11 Ellos se dieron prisa; cada uno bajó su costal a tierra, y cada cual abrió su costal. 12 Y él registró, comenzando con el mayor y acabando con el menor; y la copa fue hallada en el costal de BenjamínA. 13 Entonces ellos rasgaron sus vestidosA, y después de cargar cada uno su asno, regresaron a la ciudadB.
14 Cuando Judá llegó con sus hermanos a casa de José, él estaba aún allí, y ellos cayeron a tierra delante de élA. 15 Y José les dijo: ¿Qué acción es esta que habéis hecho? ¿No sabéis que un hombre como yo puede ciertamente adivinarA? 16 Entonces dijo Judá: ¿Qué podemos decir a mi señor? ¿Qué podemos hablar y cómo nos justificaremos? Dios ha descubierto la iniquidad de tus siervos; he aquí, somos esclavos de mi señorA, tanto nosotros como aquel en cuyo poder1 fue encontrada la copa. 17 Mas él respondió: Lejos esté de mí hacer eso. El hombre en cuyo poder1 ha sido encontrada la copa será mi esclavo; pero vosotros, subid en paz a vuestro padre.
Judá intercede por Benjamín
18 Entonces Judá se le acercó, y dijo: Oh señor mío, permite a tu siervo hablar una palabra a los oídos de mi señor, y que no se encienda tu ira contra tu siervoA, pues tú eres como Faraón mismoB. 19 Mi señor preguntó a sus siervos, diciendo: “¿Tenéis padre o hermanoA?” 20 Y respondimos a mi señor: “Tenemos un padre ya anciano y un hermano1 pequeñoA, hijo de su vejez. Y su hermano ha muertoB, así que sólo queda él de los hijos de su madre, y su padre lo ama.” 21 Entonces tú dijiste a tus siervos: “Traédmelo para que yo lo vea1A.” 22 Y nosotros respondimos a mi señor: “El muchacho no puede dejar a su padre, pues si dejara a su padre, éste moriría.” 23 Tú, sin embargo, dijiste a tus siervos: “Si vuestro hermano menor no desciende con vosotros, no volveréis a ver mi rostroA.” 24 Aconteció, pues, que cuando subimos a mi padre, tu siervo, le contamos las palabras de mi señor. 25 Y nuestro padre dijo: “Regresad, compradnos un poco de alimentoA.” 26 Mas nosotros respondimos: “No podemos ir1. Si nuestro hermano menor va2 con nosotros, entonces iremos3; porque no podemos ver el rostro del hombre si nuestro hermano no está con nosotros.” 27 Y mi padre, tu siervo, nos dijo: “Vosotros sabéis que mi mujer me dio a luz dos hijosA; 28 el uno salió de mi lado, y dije: ‘Seguro que ha sido despedazadoA’, y no lo he visto desde entonces. 29 “Y si también os lleváis a éste de mi presencia1, y algo malo le sucede, haréis descender mis canas con dolor2 al Seol3A.” 30 Ahora pues, cuando yo vuelva a mi padre, tu siervo, y el muchacho no esté con nosotros, como su vida1 está ligada a la vida del muchacho2A, 31 sucederá que cuando él vea que el muchacho no está con nosotros, morirá. Así pues, tus siervos harán descender las canas de nuestro padre, tu siervo, con dolor al SeolA. 32 Porque yo, tu siervo, me hice responsable1 del muchacho con mi padre, diciendo: “Si no te lo traigo, que lleve yo la culpa2 delante de mi padre para siempre3A.” 33 Ahora pues, te ruego que quede este tu siervo como esclavo de mi señor, en lugar del muchacho, y que el muchacho suba con sus hermanos. 34 Pues, ¿cómo subiré a mi padre no estando el muchacho conmigo, sin que yo vea el mal que sobrevendrá1 a mi padre?
A 44:1 Gén 42:25 1 44:2 O, a la palabra 1 44:3 Lit., La mañana era luz y A 44:4 Gén 44:13 1 44:4 Lit., los 2 44:4 Algunas versiones antiguas agregan: ¿Por qué me habéis robado la copa de plata? A 44:5 Gén 30:27; 44:15; Lev 19:26; Deut 18:10-14 1 44:7 Lit., estas palabras A 44:8 Gén 43:21 A 44:9 Gén 31:22 B 44:9 Gén 44:16 A 44:12 Gén 44:2 A 44:13 Gén 37:29, 34; Núm 14:6; 2 Sam 1:11 B 44:13 Gén 44:4 A 44:14 Gén 37:7, 10 A 44:15 Gén 44:5 A 44:16 Gén 44:9 1 44:16 Lit., cuya mano 1 44:17 Lit., cuya mano A 44:18 Gén 18:30, 32; Ex 32:22 B 44:18 Gén 37:7, 8; 41:40-44 A 44:19 Gén 43:7 1 44:20 Lit., niño A 44:20 Gén 37:3; 43:8; 44:30 B 44:20 Gén 37:33; 42:13, 38 1 44:21 Lit., Bajádmelo, para que ponga mis ojos sobre él A 44:21 Gén 42:15, 20 A 44:23 Gén 43:3, 5 A 44:25 Gén 43:2 1 44:26 Lit., descender 2 44:26 Lit., está 3 44:26 Lit., descenderemos A 44:27 Gén 46:19 A 44:28 Gén 37:31-35 1 44:29 Lit., rostro 2 44:29 Lit., mal 3 44:29 I.e., región de los muertos A 44:29 Gén 42:38; 44:31 1 44:30 Lit., alma 2 44:30 Lit., a su alma A 44:30 1 Sam 18:1 A 44:31 Gén 44:29 1 44:32 Lit., tu siervo se hizo fiador 2 44:32 Lit., habré pecado 3 44:32 Lit., todos los días A 44:32 Gén 43:9 1 44:34 Lit., hallará