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Así que si han sido traídos de regreso a la vida con Cristo, busquen las cosas que vienen de arriba, donde está Cristo, sentado a la diestra de Dios. Fijen sus mentes en lo que está arriba y no aquí en la tierra. Ustedes ya murieron, y sus vidas están seguras con Cristo, en Dios. Cuando Cristo, —su vida—sea revelado, entonces ustedes también participarán de su gloria visible.
Así que maten su naturaleza mundana – el pecado sexual, la inmoralidad, la lujuria, los malos deseos, la codicia – pues esto es idolatría. Porque por tales cosas el juicio de Dios cae sobre los que desobedecen. En un tiempo ustedes vivían así, cuando se comportaban de esta manera, pero ahora deben abandonar tales cosas, como el enojo, la ira, la maldad, el abuso, y el uso de obscenidades. No se mientan unos a otros, pues ya ustedes han desechado su antiguo ser y las cosas que hacían, 10 y vístanse del nuevo ser que siempre está siendo hecho cada vez más como su Creador, con un mejor entendimiento de quién es él realmente. 11 En esta nueva situación no hay griego ni judío, no hay circuncisos o incircuncisos, extranjeros, bárbaros* Literalmente “Escita,” un pueblo “bárbaro” proveniente de lo que ahora es el norte de Rusia, Ucrania y Asia Central., esclavos o libres, pues Cristo es todo, y él vive en todos nosotros.
12 Siendo que ustedes son el pueblo especial de Dios, santo y amado entrañablemente, tomen una naturaleza cordial que sea amable, humilde, mansa y paciente. 13 Sean pacientes unos con otros, perdonen a otros entre ustedes si hay algún agravio de uno contra otro. Así como el Señor los perdonó a ustedes, hagan lo mismo. 14 Sobre todas las cosas, ámense unos a otros, que es el vínculo perfecto que los unirá. 15 Que la paz de Cristo dirija sus pensamientos, porque ustedes fueron llamados a esto por Dios, quien los hace uno, y den gracias a Dios por ello. 16 Dejen que el mensaje de Cristo habite completamente en ustedes. De las maneras más sabias instrúyanse unos a otros por medio de salmos e himnos y cantos espirituales, alabando a Dios con sus corazones. 17 Todo lo que hagan, sea de palabra o de hecho, háganlo en el nombre del Señor Jesús, alabando a Dios el padre a través de él. 18 Ustedes, mujeres casadas, respeten a sus esposos como es debido en el Señor. 19 Ustedes, hombres casados, amen a sus esposas y no las traten mal. 20 Hijos, hagan siempre lo que sus padres dicen, porque esto es lo que le agrada al Señor. 21 Padres, no hagan enojar a sus hijos, para que no sientan deseos de rendirse. 22 Los que son siervos, obedezcan a sus amos, no tratando de agradarlos falsamente, sino con sinceridad y honestidad, respetando al Señor. 23 Todo lo que tengan que hacer, háganlo bien, como si lo hicieran para Dios y no para las personas, 24 porque ustedes saben que el Señor les dará una herencia como recompensa. ¡Recuerden que están sirviendo a Cristo el Señor! 25 Todo el que hace el mal será recompensado por sus actos, y Dios no tiene favoritos.

*3.11 Literalmente “Escita,” un pueblo “bárbaro” proveniente de lo que ahora es el norte de Rusia, Ucrania y Asia Central.