Capítulo 3
Por fin nuestro deseo de tener noticias de ustedes fue tan fuerte que, mientras nosotros estábamos esperando en Atenas,
Enviamos a Timoteo, nuestro hermano y siervo de Dios en las buenas nuevas de Cristo, para darles fortaleza y consuelo en su fe;
Para que ningún hombre se conmueva por estos problemas; porque estas cosas son parte del propósito de Dios para nosotros.
Y cuando estábamos con ustedes, les dijimos que tendríamos tribulaciones; y así sucedió, como ya sabes.
Por esta razón, cuando ya no fui capaz de aguantar la incertidumbre, envié un mensaje para recibir noticias de su fe, temiendo que puedan ser probados por el Maligno y que nuestro trabajo pueda quedar en nada.
Pero ahora que Timoteo ha venido a nosotros de con ustedes y nos ha dado buenas noticias de su fe y amor, y que tienen recuerdos felices de nosotros, deseando vernos en gran manera, así como nosotros queremos verlos;
Por esta causa, hermanos, en todos nuestros problemas y penas, tuvimos consuelo en ustedes por su fe;
Porque es vida para nosotros si mantienen su fe en el Señor sin cambio.
Porque cuán grande es la alabanza que le damos a Dios por ustedes, y cuán grande es la alegría con la que nos alegramos por ustedes ante nuestro Dios;
10 Noche y día solicitando a Dios una y otra vez que podamos ver tu rostro y completar lo que les falta en la fe.
11 Ahora que nuestro Dios y Padre mismo y nuestro Señor Jesús guíe nuestro camino para que vayamos a ustedes;
12 Y el Señor les dé un aumento de amor en abundancia unos con otros y para con todos los hombres, así como nuestro amor hacia ustedes;
13 Para que sus corazones sean fuertes y libres de todo pecado delante de nuestro Dios y Padre, a la venida de nuestro Señor Jesús con todos sus santos.